Tinta genética

Tinta genética

Ya no más preocupaciones ni dolores de cabeza se llevarán las autoridades y las personas en general, porque cualquier falsificación de firmas en documentos importantes, cheques, testamentos, actas, obras de arte o simples asistencias a clases en la universidad (jejeje, esto último es exageración), será detectada y penada rápidamente una vez que se masifique el uso de una especial tinta que inventaron dos científicos argentinos.
Este invento consiste en una tinta invisible y totalmente inalterable, compuesta entre otras cosas por moléculas de ADN de la persona que la va a usar. Según Rubén Simonetta, uno de los científicos que la inventó, esta tinta puede ser usada en cualquier elemento propenso a ser adulterado. «El ADN (ácido desoxirribonucleico), que determina las características físicas externas e internas de nuestro cuerpo, como el color de la piel y la altura, constituye la más fiel e inalterable forma de probar la identidad de una persona, ya que es único e irrepetible». Juan Carlos Jaime es el otro científico que, junto a Simonetta, desarrolló esta novedosa tinta invisible.

En un comienzo, esta tinta se usó para identificar los certificados que hacían estos doctores como peritos forenses (usando su propio ADN), evitando de esta manera la falsificación de firmas en documentos tan importantes como lo eran éstos. Más tarde la perfeccionaron encapsulando el ADN en moléculas proteicas más fuertes y mucho más inalterables que las iniciales.

 

Ustedes se preguntarán, «¿y de donde se saca mi ADN para fabricar la tinta invisible?» La respuesta es muy sencilla. La persona en cuestión deberá someterse a una toma de muestra de su mejilla (por dentro) con un hisopo mojado, que es sin ningún tipo de dolor. De estas células se extren moléculas de ADN, las cuales son tratadas más tarde mediante la técnica llamada PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa).

 

Luego de tratar las moléculas bajo la técnica antes mencionada, se separan los genes según su tipo y deciden el que se utilizará para la tinta. Siempre usan una porción de ADN distinta, lo que hace más difícil (por no decir imposible) su falsificación. Cuando el gen es escogido, se hacen copias que son mezcladas con la tinta que el cliente desea usar para firmar, escribir todo lo que no quiere que le falsifiquen.

 

Pero falta un último detalle. ¿Cómo reconozco la tinta con mi material genético? Eso también es muy fácil y, aunque no lo crean, no muy costoso. Basta con ir a cualquier laboratorio y pedir que le hagan a la tinta un análisis como el hematológico simple, y listo. Ese examen detectará el tipo de ADN que posee la tinta.

 

Fuente: Virtualia.

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